Desde hace unas décadas su uso ha tomado un gran auge ya que se ha descubierto sus
altos índices de ácido linoléico y ácido gammalinoléico, que son dos ácidos grasos esenciales de la serie
Omega 6. Estos ácidos grasos son precursores de unas moléculas reguladoras llamadas
prostaglandinas.
Una de las grandes ventajas del aceite de Prímula es que su ácido gammalinoléico se convierte rápidamente en
Prostaglandinas serie 1. Las Prostaglandinas pueden funcionar de un modo semejante a las hormonas. Así, en concreto las Prostaglandinas de la serie 1, pueden promover o colaborar en:
- Favorecer la elasticidad e hidratación de la piel. Es muy útil para aquellas personas que pese a utilizar cremas y aceites hidratantes continúan siempre con la piel seca. Puede ser útil en casos severos en los que incluso las palmas de las manos se agrietan llegando incluso a sangrar. En estos casos se suele recomendar que se aplique también a nivel externo. Nos hidrata, pues, de dentro hacia fuera.
- Su contenido en fitoestrógenos hace que algunos ginecólogos la recomienden, en muchos casos, para aliviar los síntomas de la Menopausia.
- Suele aliviar a muchas mujeres que sufren el Síndrome premenstrual gracias al poder antiinflamatorio de las Prostaglandinas.
- Las Prostaglandinas de la serie E1 favorecen la función normal de los Linfocitos T supresores. Estos ayudan a favorecer la integridad de las defensas del organismo frente al ataque de elementos extraños sin atacar los tejidos propios. Así, se cree que podemos disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes.
- Cuando el sistema inmune es atacado por virus, a veces, pierde eficacia ya que se dificulta su capacidad de convertir al Ácido Linoléico en Gammalinoléico y no puede producir prostaglandinas. El hecho que el aceite de Prímula ya sea rico en ácido Gammalinoléico hace que igualmente pueda trabajar nuestro sistema de defensas.
- Puede ser útil en enfermedades cardiovasculares ya que colabora disminuyendo la presión arterial (favorece la dilatación de los vasos sanguíneos) y evitando la agregación plaquetaria. Esto hace que las plaquetas (y el colesterol) no se adhieran unas con otras y ocasionen una trombosis.
- Algunos médicos y especialista lo aconsejan cuando necesitamos inhibir procesos inflamatorios (sobre todo los crónicos como Artrosis, Artritis, etc.).