Un ingrediente
lleno de nutrientes, buen sabor y versátil para ser agregado en una gran
cantidad de comidas: la chía.
Dos cucharadas aportan 6 gramos de proteína, 10
de fibra y una importante proporción de ácido alfa linoleico, un tipo de ácido
graso esencial Omega 3. Este elemento reduce el riesgo de diabetes, quebraduras
de huesos, enfermedades cardíacas, depresión y otras anomalías crónicas.
También aporta
magnesio, calcio, zinc y algunos fenoles que protegen las células de la
oxidación. Si nunca has utilizado este poderoso alimento, a continuación te
diremos cuáles son las mejores formas de consumirlo. Agrega fácilmente la chía
a tu dieta con estos trucos.
Tanto la chía como el cacao son alimentos repletos de nutrientes
beneficiosos para el organismo. El 60% del aceite encontrado en las semillas de
chía es del tipo Omega 3. Su consumo regular previene las deficiencias del
corazón porque reduce la presión arterial y la cantidad de triglicéridos en
sangre. Por su parte, el cacao también es un poderoso antiinflamatorio y regula
la presión.
Trata de
consumir galletas que incluyan cacao y chía pero no azúcar agregado. Así obtendrás
los numerosos beneficios de estos alimentos funcionales.
Cuando son sumergidas en agua, las semillas forman un gel que puede utilizarse en distintos platos para hacerlos más firmes.
Por lo general, las mermeladas utilizan pectina, un elemento natural con propiedades gelificantes pero que no contiene muchos nutrientes. La pectina aporta 100 calorías por cada 30 gramos y casi ningún elemento beneficioso.
En cambio, el gel de chía puede ser utilizado para gelificar los mismos platos pero aportando ventajas nutricionales.
30 gramos de semillas aportan 138 calorías y 10 gramos de fibra, 4,5 de proteínas y 9 gramos de grasa, de los cuales más del 50% son Omega 3.
Gracias a sus nutrientes, su pequeño tamaño y su sabor neutral puedes agregarla en prácticamente cualquier receta.
Por ejemplo un budín de chocolate que no se cocina: los ingredientes base se mezclan y luego se agregan las semillas, dejando que se asienten y absorban el líquido, creando una consistencia de budín.
Aquellas personas que tienen alergia a ciertos alimentos, como el gluten y los huevos, no pueden comer determinadas recetas. Por eso las comidas que no contienen alimentos alérgenos son cada vez más populares. Un plato que no incluye ingredientes potencialmente dañinos son las albóndigas de carne con chía.
Debido a su gusto neutral, las semillas pueden ser incluidas también en bebidas. Puedes remojarlas en leche de almendras o zumo de frutas para que formen un gel y luego mezclarlo en tus yogures o batidos.
Incluir frutos de mar en la dieta al menos dos veces por semana es una forma de mantener la línea. Sin embargo muchas recetas proponen freír el pescado, lo que aporta una gran cantidad de grasas y calorías extras.
Si quieres comer pescado de manera saludable y tentadora, prueba a preparar pescado al horno con una cubierta crocante de semillas de chía. Obtendrás magnesio, calcio y muchos otros minerales esenciales disfrutando una receta sabrosa.
La chía tiene varias de las ventajas nutricionales de la linaza, un ingrediente muy popular en los batidos. Sin embargo, la linaza no puede ser conservada por mucho tiempo porque es muy vulnerable a la oxidación; e incluso no puede ser totalmente digerida por el organismo en su versión integral, sino que debe ser procesada. Prepararla puede llevarnos mucho tiempo.
En cambio, la chía puede utilizarse entera para disfrutar de todos sus beneficios y ácidos omega 3. Cuando desayunes y estés un poco apurada antes de ir al trabajo, prepara un batido y esparce semillas de chía por encima.
Agrega semillas de chía sobre tu avena, granola o cereales del desayuno. Esto le dará un toque de textura crujiente a tu desayuno y aportará nutrientes esenciales para comenzar el día.
La chía contiene más polifenoles que las frambuesas, más ácidos Omega 3 que las semillas de lino y la misma cantidad de fibra que una taza de avena.