Todos los alimentos que vamos a enumerar no nos son desconocido; a menudo los consumimos, y somos atraídos a ellos por la enorme publicidad que los procede.

Sin embargo, si estamos decididos a perder peso y especialmente de una forma saludable, hemos de saber que a estos que vamos a relacionar no se debe acercar ni aunque se los regalen, pues no sólo no perderemos peso, sino que además, nuestra salud se verá realmente perjudicada.

Veamos cuáles son:

Cuando hablamos de carnes procesadas o preparadas, nos estamos refiriendo a todas aquéllas que en su elaboración hayan sufrido procesos artifícales de salado o algún otro procesado químico, por ejemplo, las salchichas, los embutidos o las carnes frías.

Su consumo, sobre todo si es de forma regular (al menos varias veces a la semana) está relacionado directamente con la producción de cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes y obesidad.

Extrañamente, el elevado consumo de este tipo de alimentos no sólo no ha producido una reducción del sobrepeso en la población, sino todo lo contrario. 

Por ejemplo, en Estados Unidos hay cada vez más personas obesas, aun cuando los estantes de los supermercados están cada vez más atiborrados de estos afamados productos. ¿Por qué?

Pues porque estos “alimentos”, aunque generalmente no tienen mantequilla, están saturados de grasas trans, cuyos perjuicios para el corazón y los niveles de colesterol están probados. 

Además, como su sabor “natural” es prácticamente inexistente, los saborizan a base de altas cantidades de azúcar y sal, para compensar el sabor.

Aunque la mayoría no desconocen que la mayonesa no es precisamente saludable, casi nadie sabe exactamente cuán poco lo es, ya que en una sola cucharada podemos encontrar una buena cantidad de calorías (90), de grasas (10 gramos) y de sodio (90 mg) que hacen estremecer a cualquier dietista preocupado por la salud. 

Si queremos perder peso, ni siquiera la tengamos en casa, la tentación de usarla como condimento a veces es muy fuerte: seamos sensatos con nuestra salud.

El estilo de vida moderno no ayuda precisamente a que nos metamos en la cocina y nos llevemos un par de horas haciendo una comida decente: no tenemos tiempo. 

Pero ello tiene un precio: cada vez consumimos más comidas precocinadas y congeladas. Tanto que éstas se han convertido en zonas específicas de los supermercados. 

Pues bien, la mayoría de estas “comidas” son excepcionalmente elevadas en sodio, calorías y conservadores artificiales.

Así que aléjese de ellas si quiere perder peso y mantener su salud.

Durante mucho tiempo se fue creando un estigma negativo en torno a las mantequillas, que fueron consideradas perjudiciales para la salud. 

Lo cierto es que ahora, su sustituta, la margarina, es la que ha demostrado con creces ser mucho más perjudicial que la mantequilla.

Pues la margarina está repleta de aceites hidrogenados (grasas trans) que está comprobado que son agentes causales de diabetes, cáncer, enfermedades cardiacas y muchas más.

No sólo se ha demostrado que este tipo de bebidas son perjudiciales si es que estamos comprometidos en una dieta para perder peso.

Además, incluso los refrescos “de dieta”, están implicados de forma demostrada en la producción de daño renal, enfermedades del corazón, diabetes, cáncer y por si fuera poco, también se ha encontrado una relación directa de tales bebidas con accidentes cerebrovasculares.

La población contemporánea debe aprender a volver a comer alimentos reales y más saludables, como lo hacían las generaciones pasadas. La industria de alimentos nos ha arrastrado a consumir todo tipo de alimentos procesados, sin saber que pueden llegar a causarnos mucho daño.

Si estamos comprometidos a perder esos kilos que nos sobran, y además queremos mantener nuestro cuerpo lo más sano posible, hemos de alejarnos de todos estos productos como si fuesen agentes patógenos de alta peligrosidad.