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ALIMENTARSE EN VACACIONES

POR Dietas.net
11 Jun 2009

Normalmente al estar de vacaciones tendemos a romper nuestras rutinas nutricionales y de ejercicio, ya sea dejándolo de lado, o queriendo aumentar el ritmo de éste.

Sea cual sea nuestro destino podemos seguir llevando una dieta equilibrada adaptándonos a la nuevas circunstancias. Pero debemos hacerlo de un modo progresivo y sin cambios bruscos, ya que si no nuestro organismo lo notaría. Te mostramos una serie de consejos que debes seguir cuando este verano cojas las maletas y vayas a pasar esos merecidos días de descanso.

CAMPING

Es conveniente disponer de algún instrumento eléctrico adecuado, como los calentadores o termos.
Si no disponemos de agua potable (o no estamos seguros de ello) optemos por el agua embotellada. También debemos usarla para lavar bien los alimentos crudos.
Debemos mantener las mismas normas de higiene que tenemos en nuestra vivienda habitual. Del mismo modo debemos adquirir los productos en lugares que nos aseguren las mínimas garantías higiénicas y sanitarias.
Los lácteos solo debemos consumirlos al momento, sino tenemos la opción de comprar alguno de sus derivados, como la leche en polvo. Tampoco debemos dejar los productos lácteos a temperatura ambiente.
Tampoco debemos abusar de los platos preparados o de los productos que vienen enlatados, ya que suelen presentar un alto contenido en sodio.

CAMPO

Es muy recomendable iniciar las comidas con una buena ensalada de hojas verdes.
Las hortalizas deben estar bien lavadas y deben ser consumidas con moderación al igual que las frutas.
Debemos intentar seguir nuestros horarios habituales de comidas. Y no consumir alimentos ricos en grasas, sobre todo por la noche. Los embutidos suelen ser muy típicos del campo, aunque muy sabrosos debemos consumirlos con moderación.
Si vamos a consumir carne, la más aconsejada es aquella que contenga menos grasas, como la de ave, (pavo o pollo), la de conejo o la de cabrito, además una de las mejores maneras de consumirlas es al horno o a la parrilla.
No consumir leche recién ordeñada ni nata fresca, antes debemos hervirla.

PLAYA

Cerca de la playa es habitual el consumo de marisco y pescado. Pero debemos tener cuidado de no tomar grandes cantidades de marisco crudo.
Es mejor cocinarlos pero en preparaciones simples sin demasiados condimentos ya que estos solo provocan el aumento de calorías.
Debemos tener en cuenta tomar gran cantidad de líquidos, especialmente agua mineral fresca, sobre todo si realizamos algún tipo de esfuerzo físico.
Si queremos comer en la playa es aconsejable realizarnos pequeños bocadillos que podamos mantener en algún lugar fresco hasta el momento de consumirlos.
Éstos deben ser de bocadillos de jamón york, serrano, queso o carne cocinada si se va a comer en la playa.
No debemos preparar comidas por la mañana para ser consumidas durante el resto del día como tortillas o platos que contengan mayonesa.
Entrar al mar 2 ó 3 horas después de comer para que dé tiempo a digerir los alimentos.

MONTAÑA

Nuestra dieta debe incluir un desayuno completo que contenga cereales, frutas y lácteos.
La consumición de alimentos ricos en hidratos de carbono debe hacerse de forma moderada.
Las comidas principales deben contener pastas, arroces verduras o ensaladas. Debemos tener en cuenta las proteínas para evitar el desgaste muscular.
Si realizamos excursiones debemos ir preparados, con suficiente agua y productos energéticos como cereales, fruta, o barritas energéticas.
Del mismo modo no debemos abusar de estos productos con la excusa de que en esas circunstancias gastamos muchas energías.
Debemos saber donde están nuestros límites físicos y no querer ir más allá de nuestra resistencia.

RESTAURANTES

No siempre es fácil seguir nuestra dieta diaria cuando toca ir a comer al restaurante. Por ese motivo debemos tener muy claro qué podemos pedir para no romper con la estructura que seguimos.

Eso no significa que no podamos disfrutar de los manjares de una buena carta sino que debemos saber qué podemos combinar y qué es más adecuado en cada momento.

Verduras: Siempre debemos pedir algo de verdura. Ya sea como primer plato o como guarnición de los segundos.

Arroz, pasta, patata y legumbre: Estos elementos también son la clave para compensar los seguramente copiosos platos de carne que podemos consumir. Así debemos pensar en guarniciones más ligeras. O primeros platos que no contengan tantas grasas.

Pan: Sin abusar de él podemos consumir blanco o integral.

Carnes, pescados y huevos: Intente no abusar de las carnes que contengan más grasas y elija aquellas más ligeras más a menudo (pollo, pavo, conejo, ternera, cinta de lomo?). Por otro lado debemos consumir prácticamente la misma cantidad de pescado que de carne.

Respecto a los huevos debemos tener en cuenta la cantidad que tomamos, para no tener un exceso proteico. Por ese motivo también hay que considerar aquellas raciones que podemos tomar en ensalada, mayonesas, natillas rebozados etc.

Acompañamientos: Para poder reducir los altos contenidos en grasas de algunas guarniciones es conveniente pedir que las cambien por otras más ligeras como ensalada, pimientos, salsa de tomate, etc.

¿Café o infusión?: En este aspecto debemos tener más en cuenta nuestro estado. Es decir, si sufrimos estrés o nerviosismo tal vez sería conveniente que sustituyéramos el café por el té o por bebidas más suaves como descafeinado, menta poleo, manzanilla o tila.

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