Si bien es
cierto que actualmente existen muchos alimentos (principalmente
procesados) que sólo aportan calorías vacías en grandes cantidades
(es decir, sin proporcionar prácticamente ningún valor nutritivo),
se presenta también el caso contrario, es decir, alimentos que sí
aportan nutrientes en cantidades suficientes con relación a su
contenido de calorías. Algunos de ellos tienen incluso ciertos
compuestos únicos que sin duda aportan importantes beneficios para
la salud.
Te presentamos, a continuación, los 10 “súper
alimentos” (5 de origen animal y 5 de fuentes vegetales) que se
encuentran entre los más completos y saludables y que siempre debes
procurar tener en tu despensa y/o consumir.
Este es uno de los pescados considerados como “grasos” (es decir, aquellos en los que una buena parte de las calorías se encuentran en forma de grasa). Estas grasas son principalmente de tipo Omega 3, las cuales, no son consumidas por lo general en cantidades suficientes en nuestra alimentación actual. Sin embargo, esto es fácilmente solucionable consumiendo pescados grasos como el salmón de 1 a 2 veces por semana, lo cual está asociado también con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y demencia. También es rico en proteínas de muy alta calidad como y otros nutrientes, tales como vitaminas del complejo B (B1, B3, B6 y B12), selenio y potasio.
El salmón puede encontrarse en variedades tanto salvaje (el cual es mucho más recomendable) como de granja (que es una alternativa más económica pero todavía muy saludable).
Finalmente, otro aspecto del salmón y otros pescados grasos es que tienen una sorprendente capacidad para calmar el apetito, proporcionando una sensación de saciedad aunque se consuman muchas menos calorías en comparación con una comida convencional.
Si no te gusta mucho el salmón o los otros pescados grasos, una manera mucho más sencilla de incorporar Omega 3 a tu alimentación es mediante suplementos de aceite de pescado, siendo el mejor de ellos el procedente del bacalao, ya que una sola cucharada de este aceite contiene un total de casi 3 gramos de ácidos grasos Omega 3 (más de la dosis diaria recomendada).
También es abundante en vitamina A, proporcionando prácticamente el triple de la ingesta diaria recomendada. De igual modo, es una de las mejores fuentes de vitamina D3 (que reduce el riesgo de cáncer y diabetes), proporcionando más del doble de la cantidad diaria recomendada. La mayoría de las personas en los países occidentales (y en especial aquellos que viven en latitudes muy al norte), presentan una deficiencia de esta vitamina, por lo que su consumo es importante.
Podríamos decir que actualmente está habiendo un “resurgimiento” de la carne roja, ya que las personas están dándose cuenta de que puede ser realmente muy saludable, a pesar de haber tenido una muy mala fama en el pasado.
Diversos estudios han demostrado que la carne roja sin procesar no solamente no incrementa el riesgo de sufrir enfermedades, sino que, como es sabido, es definitivamente una de las mejores fuentes de proteínas, contiene bastantes vitaminas y minerales y grasas saludables en cantidad suficientes, además de aportar otros tipos de nutrientes que no pueden encontrarse en los vegetales, tales como la carnitina, la creatina y la carnosina (componentes que contribuyen principalmente al desarrollo muscular y otras funciones del metabolismo).
Siempre que te sea posible, procura comer carne de animales que hayan sido alimentados de manera natural (es decir, con pasto). Comparada con la de animales alimentados comercialmente (es decir, a base de granos/cereales), la carne procedente de reses alimentadas con pasto tiene un mayor contenido de antioxidantes, ácidos grasos Omega 3 y más vitaminas y minerales en general.
Sin embargo, la carne de animales alimentados de modo comercial es todavía una buena alternativa en caso de que no puedas conseguirla a partir de animales alimentados con pasto.
A diferencia
de la mayoría de nosotros, que por lo general consumimos solamente
la parte muscular (carne) de los animales, nuestros antepasados que
se dedicaban a la caza y a la recolección comían también los
órganos internos (conocidos también como vísceras), tales como los
riñones, la médula ósea (conocida más comúnmente como
“tuétano”), el cerebro, el hígado e incluso los testículos.
¿Sabían ellos algo que
probablemente nosotros no? Diversos estudios han demostrado que los
órganos internos son de hecho las partes más nutritivas de los
animales y, de todos ellos, el más nutritivo es precisamente el
hígado.
En todos los animales (incluyendo por supuesto a nosotros, los seres humanos), el hígado es un órgano extraordinario que lleva a cabo una gran cantidad de funciones, conteniendo importantes concentraciones de nutrientes básicos como vitamina B12, hierro y muchos otros. Aunque su aspecto o apariencia física quizás no el más agradable, muchas personas lo han llegado y lo siguen llegando a considerar como uno de los alimentos más completos que existen.
Para demostrar esto último, una simple porción de 100 gramos de hígado de res contiene, entre otros nutrientes, ácido fólico, vitaminas B2 (el doble de la dosis diaria recomendada), B3, B5, B6, B12 (12 veces la ingesta diaria recomendada), más de 6 veces de la dosis diaria recomendada de vitamina A y 7 veces la cantidad diaria recomendada de cobre. Basta con comerlo al menos una vez por semana con la finalidad de incrementar, de manera sorprendente, tu consumo de estos importantes nutrientes.
Seguramente
habrás escuchado, hasta el cansancio (y este es uno de los mitos más
antiguos sobre nutrición que se niega a desaparecer), que las yemas
de huevo no son buenas para la salud debido al colesterol que
contienen, pero en realidad esta afirmación no tiene suficiente
sustento.
De hecho, la yema es donde se encuentran todos los
nutrientes del huevo, siendo la clara solamente proteínas
principalmente, por lo que, definitivamente, ¡te
estarás perdiendo de una gran cantidad de beneficios al eliminarla
de tu dieta! De otra manera, ¿por
qué crees que el huevo se considera como uno de los alimentos más
completos? ¡Pues
precisamente porque contiene todos los nutrientes necesarios para que
un nuevo ser vivo (en este caso, un pollito) se desarrolle!
Entre otros
nutrientes, los huevos son ricos en proteínas (en promedio, uno de
tamaño grande contiene 6 gramos de proteínas de alta calidad),
fósforo, selenio, hierro y vitaminas A y del complejo B (B2, B5 y
B12), y antioxidantes tales como colina (que juega un papel
fundamental en la salud del cerebro), zeaxantina y luteína (los
cuales protegen contra padecimientos oculares).
Se ha
demostrado, de acuerdo con diversos estudios, que el colesterol
obtenido a través de los alimentos NO tiene influencia sobre los
niveles de colesterol en la sangre y que el consumo de huevos
(siempre y cuando hayan sido cocidos o cocinados correctamente para
evitar infecciones como la salmonela), TAMPOCO tiene asociación con
ninguna enfermedad. Las mejores opciones son los huevos procedentes
de aves criadas en libertad o que han sido enriquecidos con Omega 3.
Por si esto
fuera poco, los huevos también son efectivos para lograr la
sensación de saciedad al comer. Diversos estudios señalan también
que consumir huevos en el desayuno puede ayudar a perder una mayor
cantidad de peso en comparación con un desayuno a base de
panecillos, por ejemplo.
El yodo es uno de los nutrientes cuya carencia es evidente en la alimentación actual, a pesar de que trata de agregarse en productos como la sal (aunque en ese caso se trata de una variedad artificial del mismo que no se absorbe correctamente por el organismo).
Este nutriente es indispensable para la salud de la tiroides, la cual, a su vez, influye en el estado del resto del organismo. La deficiencia de yodo puede causar retraso mental, fatiga, hipotiroidismo y otros padecimientos.
Sin embargo, los alimentos procedentes del mar (como por ejemplo los pescados y mariscos) son muy buenas fuentes de este nutrientes.
Además de los pescados y mariscos, una magnífica forma de obtener el yodo que requieres es consumir algas (las cuales, son bastante sabrosas) una o dos veces a la semana. Sin embargo, si su aspecto o sabor no son totalmente de tu agrado, existe la posibilidad de recurrir a las tabletas o cápsulas de algas marinas, cuyo costo es relativamente económico.
Sabemos lo
que estás pensando: que este vegetal te dará un aliento y olor
corporal únicos durante una cita romántica (por poner un ejemplo).
Dejándonos de bromas, el ajo (sabiéndolo incorporar a los
alimentos) tiene un delicioso sabor, así como muchos compuestos
benéficos para la salud.
Como probablemente sepas, varios estudios
han demostrado los efectos del ajo sobre la salud cardiovascular,
reduciendo los niveles de triglicéridos y colesterol en la sangre,
así como los riesgos de un ataque cardíaco, además de contribuir a
reducir la presión arterial de manera significativa y matar
bacterias, hongos y microbios (incluso algunos de ellos resistentes a
los antibióticos, en particular gracias a uno de sus compuestos
activos, llamado alicina).
Intenta
agregar ajo (sobre todo fresco, ya que es mejor, y trata de no
utilizarlo en polvo pues sus propiedades disminuyen grandemente de
esta manera) a tus comidas (sopas, ensaladas, carnes, etc.). Sin
embargo, si te preocupa el olor o no te gusta su sabor, puedes
también incorporarlo a tu alimentación en forma de suplementos
(cápsulas, tabletas, extracto, etc.) los cuales han sido sometidos
en muchas ocasiones a un proceso para eliminar en gran parte su sabor
y olor característicos (conocido como “desodorización”).
Estas frutas son realmente deliciosas y relativamente bajas en calorías, pero con un alto contenido de nutrientes, en especial de antioxidantes. Son también frutas ideales para aquellas personas que están tratando de reducir su ingesta de carbohidratos. ¡Un postre sencillo y delicioso consiste simplemente en combinarlas con crema batida!
De acuerdo con diversos estudios, los compuestos que contienen los arándanos o moras azules:
Pueden ayudar a reducir de forma considerable la presión arterial y los niveles de colesterol LDL (“malo” o de baja densidad), especialmente en personas obesas con síndrome metabólico.
Pueden ayudar a prevenir el cáncer.
Pueden contribuir a mejorar la memoria, especialmente en personas mayores.
Sin duda,
esta es una de las verduras que más beneficios aporta, en relación
con las calorías que contiene, ya que una porción de 100 gramos
sólo tiene 50 y 10 gramos de carbohidratos (incluyendo 2 gramos de
fibra).
Además,
contiene:
Vitamina
A (el triple de la cantidad diaria recomendada)
Vitamina
C (el doble de la dosis diaria recomendada)
Vitamina
K1 (¡10
veces la ingesta diaria recomendada!)
Potasio
y calcio (con respecto a este último, la col rizada puede ser una
opción mucho mejor que las espinacas, por ejemplo, ya que estas
últimas contienen oxalatos, unos compuestos que pueden unirse
precisamente a minerales como el calcio en el intestino, evitando
que sean absorbidos).
Compuestos
que han demostrado que combaten el cáncer en diversos estudios
realizados en animales de laboratorio (al igual que el brócoli y
otros vegetales).
Si los carbohidratos son para ti una tentación difícil de resistir, definitivamente debes comenzar a considerar las batatas o patatas/papas dulces (camotes) como una opción en lugar de recurrir a los de tipo refinado (pastas, harinas, arroz refinados, o incluso las papas o patatas comunes), ya que, además de tener un contenido aceptable de fibra (alrededor de 3 gramos por cada porción de 100) y son ricos en nutrientes indispensables como potasio y vitaminas A y C.
Pueden prepararse de muchas maneras y en muchos casos, satisfacen de una manera increíble el gusto por lo dulce.
¿Consideras que hay algún otro alimento que deberíamos agregar a esta lista, o compartir tus experiencias/comentarios con alguno de estos que hemos publicado? ¡Háznoslo saber!