La carne es un alimento rico en proteínas de alta calidad; aun cuando hay otras fuentes, la identidad de las proteínas animales con las de nuestro cuerpo, las hace especialmente idóneas.

Hemos de conocer algunos parámetros para adquirir una carne de buena calidad y para asegurar la inocuidad de nuestros alimentos.

Es importante tener estos datos en cuenta a la hora de comprarla:

1. Al tacto (si es posible tocarla) debe ser de consistencia firme: rechacemos las “suaves”.

2. Asegúrese de que la fecha de caducidad no está próxima a vencer, y que el embalaje que la contiene no presente signos de humedad.

3. Si le es posible oler la carne, compruebe que su olor es “limpio”, y que no tiene un aroma parecido al cobre, a yogur o a queso agriado aguado.

4. El color de la carne ha de ser rojo brillante, no grisáceo. Si está empaquetada al vacío, su coloración es más oscura, pero en cuanto le da el aire debe tornarse roja.

Estos datos son suficientes para tener un grado de certeza de que se encuentra en condiciones de ser consumida, así que nunca los olvide: 

Es vital que la carne que consuma esté en buenas condiciones, de lo contrario, muchas enfermedades podrían aparecer.